La Fe realiza cada año una media de 15 operaciones cerebrales con el paciente despierto
29/11/2024
• La Real Academia de Medicina ha dedicado una sesión extraordinaria a esta técnica que se inició en La Fe en 2013
• El paciente colabora en la cirugía realizando una serie de pruebas mientras está siendo operado de una lesión cerebral
• El objetivo es aumentar las posibilidades de preservar el habla, la movilidad y otras funciones cognitivas que favorecen la reincorporación sociolaboral
El Hospital Universitari i Politècnic La Fe lleva a cabo cada año una media de 15 cirugías de tumores cerebrales en las que se despierta al o a la paciente para, estando aún en el quirófano, hacerle una serie de pruebas que permiten ganar en seguridad y minimizar las posibles secuelas neurológicas que la intervención pueda acarrear en áreas elocuentes o sensibles del cerebro responsables del lenguaje, la movilidad y otras funciones cognitivas.
Las intervenciones las asume un equipo multidisciplinar liderado desde 2013 por el neurocirujano de La Fe, profesor de Neurocirugía en la Universitat de València e investigador de la unidad mixta de Nanomedicina y Sensores UPV-La Fe Ricardo Prat Acín. Participan también profesionales con gran experiencia en este campo de especialidades de La Fe como anestesia y reanimación, neurofisiología y foniatría, entre otras. Además, desempeñan un papel esencial los neuropsicólogos del departamento de Psicobiología de la Universitat de València.
Este cariz multidisciplinar exige un intenso trabajo de planificación y coordinación previo a la cirugía. En este sentido, según explica el gerente del departamento de salud Valencia La Fe, José Luis Poveda, “La Fe cuenta con una serie de protocolos específicos para la sedación consciente, lo que permite a los pacientes estar despiertos durante una parte de la cirugía y colaborar”.
En la misma línea se manifiesta la directora Área Clínica Anestesia, Reanimación y Bloque Quirúrgico, Pilar Argente: “La experiencia y la preparación del equipo son fundamentales para mitigar riesgos y asegurar el bienestar del paciente durante todo el procedimiento de neurocirugía despierta; es crucial monitorizar de forma continua su estado hemodinámico y respuesta neuropsicológica”.
La técnica ha despertado el interés de la Real Academia Nacional de Medicina de España, máximo referente en la medicina del país, que le ha dedicado una sesión científica extraordinaria en la que el doctor Prat Acín ha remarcado: “Lo primero es conocer el cerebro del paciente, establecer su mapa funcional, y después operarlo con la mayor seguridad”.
De hecho, la preparación de la cirugía comienza varias semanas antes de entrar en el quirófano. Para aumentar su seguridad, se valora la personalidad y emocionalidad del candidato para elucidar si será capaz de superar el estrés de permanecer consciente en el quirófano. No obstante, y según la experiencia del equipo, más de 95% de los pacientes refieren tras la cirugía que la experiencia no ha sido molesta.
Con antelación, también se estudia al detalle el tipo de tumor a resecar y se deciden qué tareas tendrá que realizar el paciente para obtener ese mapa cerebral personalizado. “Durante la cirugía y gracias a la colaboración de la persona, podemos decidir el camino más seguro para llegar hasta el tumor, que en ocasiones no es el más corto sino aquel que permite preservar funciones fundamentales para mantener la calidad de vida de cada paciente. Así, por ejemplo, si es bilingüe o se dedica a la música o en su profesión necesita preservar habilidades como la empatía o la habilidad espacial, se intenta extirpar el tumor sin afectar las áreas del cerebro responsables de esas actividades”, ha afirmado el doctor Prat Acín.
En última instancia, lo que se busca con esta cirugía es resecar o extirpar al máximo el tumor, pero preservando capacidades y habilidades fundamentales como las funciones lingüísticas (que incluyen el plurilingüismo), cognitivas, visoespaciales, motoras o de cualquier otro tipo que la persona ha manifestado que precisa en su día a día y que son prioritarias para ella.
La duración de la cirugía no se incrementa de forma significativa respecto de aquellas otras en que el paciente está sedado todo el tiempo, siempre de acuerdo con la experiencia del doctor Prat Acín.